La Triste Historia del Padre Pistolas y El Milagro que lo hizo Sacerdote
El padre Jesús Alfredo Gallegos Lara, conocido como el “padre pistolas”, es una figura emblemática y controvertida en el ámbito religioso de México. Nacido el 9 de julio de 1951 en Tarimoro, Guanajuato, su vida estuvo marcada por la adversidad desde sus primeros días, enfrentando enfermedades que lo llevaron a desarrollar una profunda creencia en la medicina natural y la intervención divina.
A diferencia de muchos sacerdotes, el padre Pistolas desafiaba las normas tradicionales de la iglesia. Sus sermones, cargados de franqueza y sin filtros, llamaron la atención del Vaticano, y se dice que el mismo Papa Francisco se preocupaba por su estilo poco ortodoxo. Sin embargo, su deseo de ayudar a los demás fue genuino: ayudaba a los necesitados y promovía tratamientos herbales que él mismo creía podían curar enfermedades graves, lo que generó tanto admiración como escepticismo.
A lo largo de su vida, el padre Pistolas no solo desafió a la iglesia, sino que también se convirtió en una figura popular en su comunidad. Con una pistola en su cadera, simbolizando su necesidad de protección en un entorno marcado por el crimen, su presencia era tan imponente como su compromiso con la justicia social. Sin embargo, su controversia no cesó; sus declaraciones sobre la mujer y su papel en la sociedad generaron indignación, pero también revelaron su carácter rebelde.
En 2021, su salud se vio amenazada por el COVID-19 y otros problemas médicos, pero una serie de acontecimientos lo llevaron a creer en un milagro cuando los tumores que amenazaban su vida desaparecieron sin explicación. Esto reforzó su fe y su compromiso con la medicina natural, pero también intensificó la controversia en torno a su figura.
Finalmente, el 20 de noviembre de 2022, la arquidiócesis de Morelia lo suspendió de manera permanente por su lenguaje vulgar y sus críticas a la iglesia. Sin embargo, el padre Pistolas se negó a permanecer en silencio, continuando su labor a través de las redes sociales, donde su mensaje resonó aún más entre sus seguidores. La batalla entre él y la iglesia se convirtió en un símbolo de resistencia y desafío, dejando a muchos preguntándose si era un hombre de fe o un sacerdote que había cruzado la línea. Su historia sigue siendo un tema de debate y reflexión en la sociedad mexicana actual.