Nelson Ned, conocido como “el pequeño gigante de la canción”, falleció el 5 de enero de 2014 a los 66 años tras una larga lucha con problemas de salud.
Su hija, Verónica, revela que a pesar de su éxito internacional y la venta de más de 50 millones de discos, la vida personal de Nelson estuvo marcada por conflictos y adicciones.
Nelson Ned enfrentó adversidades desde su infancia, siendo diagnosticado con displasia espondiloepifisaria, lo que le impidió crecer a la altura promedio.
A lo largo de su carrera, Nelson luchó con problemas de adicción, incluyendo el consumo de drogas y alcohol, lo que afectó gravemente su vida familiar y su salud.
En 1993, Nelson se convirtió al cristianismo evangélico, lo que marcó un cambio en su vida y carrera, enfocándose en la música cristiana y publicando su autobiografía.
A pesar de sus esfuerzos por reconciliarse con su familia, las cicatrices de su pasado y los años de distanciamiento complicaron el proceso de perdón con sus hijos.