**Título: Acuerdo Comercial Entre EE.UU. y China: Un Nuevo Capítulo en la Guerra Comercial**
En un giro inesperado y potencialmente transformador, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy que se ha alcanzado un acuerdo comercial preliminar con China tras intensas negociaciones en Londres. Sin embargo, el pacto, que aún está pendiente de aprobación, trae consigo una mezcla de promesas y tensiones que podrían redefinir la relación entre ambas potencias.
Trump reveló a través de su Red Truth Social que, como parte del acuerdo, Estados Unidos impondrá un asombroso 55% de aranceles sobre las importaciones chinas, mientras que China mantendrá un 10% de gravámenes sobre los productos estadounidenses. Este cambio, aunque menos drástico que los aranceles del 145% impuestos anteriormente, sigue generando preocupación entre los importadores estadounidenses, quienes dudan de la solidez de las promesas chinas.
El secretario de comercio, Howard Lutnick, confirmó que los aranceles actuales se mantendrán, lo que añade una capa de incertidumbre a la cadena de suministro estadounidense. Las empresas de EE.UU. que buscan importar tierras raras enfrentarán licencias temporales de solo seis meses, lo que podría complicar aún más el panorama.
La reciente tregua en la guerra comercial, que se ha intensificado desde abril, parece estar en un punto crítico. Las negociaciones, calificadas de “muy positivas” por Trump tras su llamada con el presidente chino, Xi Jinping, han llevado a un marco de trabajo que busca beneficios mutuos, pero las dudas persisten.
Con la posibilidad de un nuevo conflicto comercial latente, el mundo observa con atención cómo se desarrollará esta situación. La pregunta que queda en el aire es: ¿será este acuerdo el comienzo de una nueva era de cooperación o solo una pausa temporal en un enfrentamiento que sigue siendo feroz? La respuesta podría tener repercusiones globales.