Una madre amorosa desaparece sin dejar rastro en Guatemala, y su esposo, Roberto Barreda, se convierte en el principal sospechoso. Tras siete años de silencios y mentiras, la tragedia de Cristina Secabisa sigue sin resolverse. El 6 de julio de 2011, Cristina fue vista por última vez, y desde entonces, su familia ha luchado por justicia en un sistema que parece proteger a los poderosos. Roberto, quien cambió su versión de los hechos varias veces, fue finalmente arrestado, pero su madre, Ofelia de León, una exmagistrada, utilizó su influencia para obstaculizar la investigación.
A pesar de las pruebas que apuntan a un posible feminicidio, incluyendo manchas de sangre en la casa de la pareja, el caso ha estado marcado por la inacción y la corrupción. La jueza que dejó libre a una cómplice del crimen por solo $500 es un ejemplo claro de cómo el sistema judicial falla a las víctimas. La familia de Cristina, apoyada por la Fundación Sobrevivientes, ha alzado la voz en protestas, exigiendo justicia no solo para ella, sino para todas las mujeres que sufren violencia en Guatemala.
El giro más escalofriante llegó cuando Roberto fue arrestado en México, tras haber cambiado su identidad. Sin embargo, murió en un hospital en 2020, dejando sin respuestas a quienes buscan el cuerpo de Cristina. La búsqueda ha continuado, pero hasta ahora, el destino de Cristina sigue siendo un misterio, simbolizando la lucha de muchas mujeres desaparecidas en el país. La indignación crece, y la pregunta persiste: ¿cuándo llegará la justicia? La historia de Cristina no es solo un caso más; es un grito de alerta sobre la violencia de género en Guatemala.