En un año trágico para el cine mexicano, 2024 ha visto la partida de ocho icónicas estrellas que dejaron una huella imborrable en la industria del entretenimiento. Desde la inolvidable Elena Rojo hasta la talentosa Jessica Jurado, sus muertes han resonado profundamente en el corazón de millones de seguidores y colegas. El 3 de febrero, Elena Rojo, a los 79 años, perdió su batalla contra el cáncer de hígado, dejando un vacío en el mundo de las telenovelas que jamás podrá ser llenado. Su legado, forjado a lo largo de cinco décadas, continúa vivo en cada interpretación que cautivó al público.
Poco después, el 9 de octubre, la noticia del fallecimiento de Jessica Jurado a los 56 años conmocionó a todos. La actriz, conocida por su papel en “La usurpadora”, se despidió sin que se confirmara la causa de su muerte, aunque se especula sobre un paro cardíaco. Su contribución a la televisión mexicana es incuestionable y su ausencia será profundamente sentida.
El 6 de abril, Ernesto Gómez Cruz, un gigante del cine mexicano, partió a los 80 años, dejando un legado de más de 100 producciones. Su lucha contra el Alzheimer fue un recordatorio de la fragilidad de la vida, aunque su arte seguirá inspirando a futuras generaciones.
La valiente Verónica Toussaint, quien enfrentó el cáncer con dignidad, falleció el 16 de mayo a los 48 años. Su legado no solo radica en su trabajo periodístico, sino también en su labor como defensora de la salud.
María Eugenia Ríos, la leyenda de 88 años que iluminó la pantalla, nos dejó el 1 de agosto, marcando el fin de una era dorada. Sasa Montenegro, con su carisma, falleció el 14 de febrero, mientras que el querido comediante Polo Polo se despidió el 23 de enero, dejando un vacío en la comedia mexicana. Este año, el cine y la televisión han perdido a figuras que nunca serán olvidadas, y su legado vivirá eternamente en la memoria colectiva.