**El asedio y la destrucción de Tiro por Alejandro Magno**
En un giro devastador de la historia, Alejandro Magno ha comenzado un asedio implacable contra la milenaria ciudad de Tiro, una fortaleza que se resiste a su conquista. La orgullosa población de Tiro, compuesta por unas 40,000 almas decididas a luchar, ha desafiado al rey macedonio tras rechazar sus demandas iniciales, lo que ha desatado una serie de acontecimientos que cambiarán el curso de su campaña.
Desde la aplastante victoria sobre Darío, rey de Persia, Alejandro se dirige hacia la costa fenicia, consciente de que no puede avanzar sin someter a Tiro. La ciudad, famosa por su riqueza y poder, se encuentra dividida en dos: la ciudad vieja en el continente y la fortificada ciudad nueva en una isla, a solo 700 metros de la costa. Este lugar ha resistido numerosos asedios en el pasado, lo que ha alimentado la confianza de sus defensores.
Sin embargo, la arrogancia de los tirios se convierte en su perdición. Tras un rechazo a rendirse y el asesinato de emisarios macedonios, Alejandro inicia un asedio que promete ser uno de los más feroces de la historia. Utilizando ingenieros y materiales de la antigua Tiro, comienza a construir un espigón que conecta la isla con el continente, mientras sus tropas son bombardeadas por los defensores.
A pesar de los intentos desesperados de los tirios por detener a los macedonios, la situación se torna crítica. Los griegos, con una flota reforzada, logran mantener el cerco y, finalmente, encuentran una brecha en las murallas. En un asalto brutal, las tropas de Alejandro irrumpen en la ciudad, desatando una masacre que deja miles de tirios muertos y muchos más vendidos como esclavos.
Este asedio no solo marca un hito en la historia militar, sino que también envía un mensaje escalofriante a futuros enemigos de Alejandro: desafiar su poder tiene un alto costo. Con Tiro bajo su control, el rey macedonio se prepara para avanzar hacia Egipto, asegurando su legado y dominación en el mundo antiguo.