El Pentágono ha dado luz verde a la recepción de un Boeing 747 proveniente de Qatar, que será modificado para uso exclusivo del expresidente Donald Trump. Esta decisión ha generado un torbellino de reacciones, ya que el secretario de Defensa ha autorizado la operación, aunque aún persisten negociaciones legales, según fuentes cercanas a la situación.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos ya está en plena planificación para adaptar esta aeronave, que se convertirá en un transporte presidencial temporal mientras se espera la entrega de nuevos aviones, un proceso que podría demorarse hasta dos años. Trump ha calificado este avión como un “regalo” sin costo por parte de Qatar, mientras que el primer ministro qatarí ha subrayado la transparencia y legalidad de la transacción, enmarcándola dentro de la cooperación bilateral.
Sin embargo, la modificación del Boeing 747 no será un simple trámite. Expertos advierten que equipar la aeronave con los sistemas de seguridad y tecnología necesarios podría ser un proceso complejo y costoso, con un tiempo estimado de adaptación que puede alcanzar los dos años. La incertidumbre sobre el costo y el tiempo de modificación añade otro nivel de tensión a esta ya polémica entrega.
Mientras tanto, el mundo observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos en torno a esta decisión del Pentágono, que no solo marca un cambio en el protocolo presidencial, sino que también plantea preguntas sobre las relaciones internacionales y la influencia del expresidente en el futuro del transporte aéreo gubernamental. La situación continúa evolucionando, y se espera que surjan más detalles en las próximas horas.