**Título: Tensión Diplomática: Sheinbaum Responde a Trump y Acusa a EE.UU. de Complicidad en el Crimen Organizado**
La relación entre México y Estados Unidos atraviesa un momento crítico tras las audaces acusaciones de Donald Trump, quien afirma que el gobierno mexicano colabora con los cárteles de drogas. La presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, no se ha quedado de brazos cruzados y ha contraatacado, señalando que el papel de EE.UU. en la crisis de las drogas es igualmente cuestionable.
En una reciente conferencia de prensa, Sheinbaum desestimó las acusaciones de Trump como falsas y ha subrayado la hipocresía de Washington al criticar a México sin reconocer su propia responsabilidad. “El tráfico de drogas no se detiene en la frontera; prospera en ambos lados”, enfatizó, planteando una pregunta crucial: “¿Quién distribuye el fentanilo en las ciudades estadounidenses?”. Esta declaración no solo es un desafío a la narrativa de Trump, sino un llamado a la reflexión sobre la colaboración en la lucha contra el crimen organizado.
Sheinbaum ha presentado estadísticas alarmantes: desde 2018, más de 2,600 ciudadanos estadounidenses han sido arrestados en México por delitos relacionados con el crimen organizado. En un claro intento de cambiar el enfoque, argumentó que la crisis de las drogas es un problema compartido que requiere acción conjunta, no solo excusas. En los últimos meses, las autoridades mexicanas han confiscado más de 40 toneladas de narcóticos, incluyendo una cantidad significativa de fentanilo, y han arrestado a más de 10,000 personas vinculadas al crimen.
Sin embargo, la tensión no se limita al narcotráfico. Trump ha amenazado con imponer nuevos aranceles a las importaciones mexicanas, un movimiento considerado por México como una táctica política que podría perjudicar a ambas economías. A la par, un escándalo más se suma a la controversia: Google ha cambiado el nombre del Golfo de México a Golfo de América en sus mapas, lo que ha provocado indignación en el país latinoamericano.
La respuesta de Sheinbaum y el gobierno mexicano es clara: están dispuestos a colaborar, pero no aceptarán ser el chivo expiatorio de una crisis que involucra a ambos países. A medida que las tensiones aumentan, el futuro de la cooperación binacional pende de un hilo. La pregunta que queda es: ¿podrán ambas naciones encontrar un terreno común, o están destinadas a un conflicto cada vez más profundo?