Rabi Pérez, el icónico merenguero que dejó una huella imborrable en la música latina, falleció hace seis días, y ahora su hijo oculto, Carlos Rafael Pimentel, rompe su silencio en un conmovedor testimonio que revela la otra cara del artista. “Mami, te amo”, eran las palabras que Rabi le decía cada noche, y ahora su hijo enfrenta la desgarradora realidad de haber perdido a un padre que nunca reconoció públicamente.
En un emotivo relato, Carlos revela los secretos y las cicatrices de un hombre que, detrás de la leyenda, vivió en la sombra de sus propias decisiones. Desde su infancia marcada por el béisbol y un trágico accidente que le cambió la vida, hasta su transformación en la voz poderosa del merengue, la historia de Rabi es una montaña rusa de dolor, redención y lucha.
“Mi padre nunca fue solo un artista; él era un hombre con un corazón roto”, dice Carlos, quien narra cómo la música fue su salvación en los momentos más oscuros. A pesar de su éxito, Rabi enfrentó la pérdida de seres queridos y la soledad que acompaña a la fama. “Nunca quise que él se fuera sin que el mundo supiera quién era realmente”, confiesa Carlos.
El legado de Rabi Pérez no se limita a sus canciones, sino que está tejido con la vida de un hombre que amó profundamente y sufrió en silencio. Su muerte deja un vacío en el corazón de su familia y de sus miles de seguidores, que ahora ven a la leyenda con nuevos ojos. Carlos promete contar la verdad detrás del micrófono, una historia que posiblemente cambiará para siempre la forma en que recordamos a Rabi Pérez. La música puede haberse apagado, pero su legado y su historia están listos para ser contados.