Christopher Walken finalmente rompe su silencio sobre la muerte de Natalie Wood, un evento que ha dejado a Hollywood y al mundo en un estado de asombro durante más de cuatro décadas. La trágica desaparición de Wood, hallada muerta el 28 de noviembre de 1981 cerca de la isla Catalina, fue inicialmente clasificada como un accidente, pero las extrañas circunstancias y las pruebas contradictorias dieron paso a una maraña de especulaciones y teorías.
Walken, quien estaba a bordo del yate Splendor la noche fatídica, había mantenido un silencio casi absoluto, pero ahora ha decidido hablar. En una entrevista reciente, rechazó las teorías de conspiración y afirmó que la muerte de Wood fue un accidente claro: “Ella había estado bebiendo y estaba oscuro. Puede que haya perdido el equilibrio y caído”. Sin embargo, su declaración no ha hecho más que avivar el interés del público y la prensa.
Los detalles sobre la noche de su muerte son escalofriantes. Wood y su esposo, Robert Wagner, tuvieron una acalorada discusión, y se sugiere que la tensión aumentó debido a los celos de Wagner sobre la relación entre Wood y Walken, quienes trabajaban juntos en la película “Brainstorm”. Un cambio inesperado en el testimonio del capitán del yate, Dennis Davern, ha reabierto el caso, revelando que Wagner podría haber ocultado información crucial.
La muerte de Wood, marcada por moretones y una herida en la cabeza, ha alimentado teorías de un posible altercado antes de su desaparición. Mientras Walken evade preguntas directas, su declaración ha reavivado el interés en una de las tragedias más perdurables de Hollywood. ¿Fue realmente un accidente, o hay verdades ocultas que aún esperan ser descubiertas? La fascinación por esta historia no muestra signos de desvanecerse.