El partido entre Inter Miami y Los Angeles FC por los cuartos de final de la Concacaf Champions Cup dejó una escena tan insólita como polémica. En el minuto 89 del encuentro, cuando el equipo de Florida ganaba 3-1 (global 3-2), Luis Suárez protagonizó un episodio que recordó sus momentos más controvertidos en el pasado: estuvo a punto de morder a su propio compañero, Jordi Alba.
Todo comenzó cuando Lionel Messi fue derribado tras una dura entrada de un defensor de LAFC. El argentino quedó tendido en el suelo con signos evidentes de dolor. Inmediatamente, varios jugadores de Inter Miami, entre ellos Suárez, corrieron al lugar para encarar al rival. En su impulso, Suárez fue sujetado del brazo por Jordi Alba para intentar calmarlo, pero el delantero uruguayo reaccionó de manera violenta: se giró bruscamente, abrió la boca con la intención de morder… hasta que se dio cuenta de que se trataba de su compañero.
Jordi Alba mostró gestos de molestia tras el hecho, mientras en redes sociales los usuarios no tardaron en recordar el historial de Suárez, incluyendo las mordidas a Giorgio Chiellini en el Mundial 2014 (que le valió 9 partidos de sanción internacional) y a Branislav Ivanovic en 2013 (suspensión de 10 partidos por parte de la FA inglesa). Comentarios como “Friendly fire” o “reflejo automático” se multiplicaron en tono de burla y preocupación.
Tras el encuentro, Lionel Messi fue consultado sobre la escena y no esquivó el tema: “Fue un momento de locura, pero lo conocemos bien a Luis. Tiene un temperamento fuerte, siempre quiere defendernos a todos. Por suerte se dio cuenta a tiempo y no pasó a mayores”, afirmó el capitán argentino.
El gesto de Suárez no pasó desapercibido y ha vuelto a encender el debate sobre su comportamiento en situaciones de tensión. Aunque esta vez no llegó a concretarse la mordida, muchos seguidores consideran que el jugador debería recibir ayuda profesional para controlar sus reacciones impulsivas.
Inter Miami logró la clasificación a semifinales, pero el incidente con Suárez amenaza con opacar una noche que debería haber sido de pura celebración.