Sonia Furió, reconocida como una de las actrices más emblemáticas de la época dorada del cine mexicano, vivió una carrera marcada por el talento, la belleza y la valentía. Nacida el 30 de julio de 1937 en Alicante, España, Sonia se mudó a México con su familia para escapar de la Guerra Civil Española. Su ascenso en la industria del entretenimiento comenzó en 1957, cuando protagonizó junto al famoso comediante Germán Valdés, conocido como Tin Tan, en “El campeón ciclista”. Este éxito inicial la catapultó a la fama, convirtiéndose rápidamente en una estrella admirada no solo por su belleza, especialmente sus “piernas más hermosas del cine”, sino también por su versatilidad actoral.
A pesar de su éxito, Sonia enfrentó desafíos significativos en una industria conservadora. Su apertura sobre su bi𝓈ℯ𝓍ualidad la hizo objeto de escrutinio y, en 1970, su papel en la película “El deseo de otoño”, que exploraba temas lésbicos, marcó un punto de inflexión. Sin embargo, en la década de 1980, la presión de una campaña moral durante la presidencia de Miguel de la Madrid llevó a Sonia a renunciar a su papel en la telenovela “Vivir enamorada”, en un acto de desafío contra la discriminación. Esta decisión resultó en una prohibición profesional que duró cuatro años, durante los cuales se dedicó al teatro.
Sonia regresó a la televisión en 1996 con “Con todo el alma”, aunque su papel fue menor en comparación con sus protagónicos anteriores. Su legado perdura como una pionera que desafió las normas de la industria y vivió auténticamente, a pesar de las adversidades. Falleció el 1 de diciembre de 1996 a los 59 años, dejando una marca indeleble en el cine y la televisión mexicana. Su historia es un poderoso recordatorio de la fortaleza necesaria para ser fiel a uno mismo en un entorno desafiante, y su valentía continúa inspirando a nuevas generaciones.