A los nueve años, Roberto dio sus primeros pasos en el mundo de la música al cantar en la radio, desafiando las expectativas de quienes consideraban que su condición física limitaría su éxito. Tras años de persistencia, su colaboración con Erasmo Carlos lo catapultó a la fama en 1965 con el álbum “Mi cacharrito”. Sin embargo, la fama no lo eximió de enfrentar dolorosas tragedias personales, como la muerte de su madre y el fallecimiento de su hijo Dudu Braga, desafíos que moldearon su arte y su humanidad.