Hace tres meses, el mundo se despidió de la leyenda del béisbol, Fernando Valenzuela. En su funeral, celebrado en Los Ángeles, su hijo, Fernando Junior, rompió el silencio con un emotivo homenaje, compartiendo las conmovedoras palabras que le dirigió a su padre en sus últimos momentos: “No me dejes aún”. Valenzuela, conocido como “El Toro”, no solo fue un ícono del béisbol, sino un fenómeno cultural que inspiró a millones desde México hasta California, convirtiéndose en un héroe para la comunidad latina en Estados Unidos.
Fernando Valenzuela nació el 1 de noviembre de 1960 en Etchohuaquila, Sonora. Desde temprana edad, mostró un talento excepcional en el béisbol, destacándose en ligas locales mientras trabajaba en el campo. Su carrera despegó cuando los Dodgers de Los Ángeles lo firmaron en 1979, marcando el inicio de una era de “Fernando Manía”. En 1981, ganó el premio Cy Young y el premio al Novato del Año, convirtiéndose en el primer jugador en lograr ambos en la misma temporada. Su estilo único y su conexión con la comunidad lo catapultaron a la fama, convirtiéndolo en un símbolo de esperanza y orgullo.
A pesar de los desafíos que enfrentó, incluyendo lesiones que afectaron su rendimiento, Valenzuela continuó siendo una figura respetada en el béisbol. Tras su retiro en 1997, se convirtió en comentarista y embajador de los Dodgers, manteniendo su vínculo con el deporte y promoviendo la inclusión de jugadores latinos. En sus últimos años, su salud se deterioró, y falleció el 22 de octubre de 2024, a los 63 años, dejando un legado imborrable.
En el funeral, Fernando Junior recordó la humildad y generosidad de su padre. Compartió su deseo de seguir aprendiendo de él, enfatizando que “su consejo siempre resonará”. La despedida de Valenzuela fue honrada por fanáticos y compañeros, quienes celebraron su vida y carrera. Los Dodgers anunciaron que llevarían un parche en su uniforme en homenaje a su impacto en el deporte y la comunidad. La historia de Fernando Valenzuela sigue viva, resonando en los corazones de quienes lo admiraron y en la cultura del béisbol.