Óscar D’León, el icónico “León de la Salsa”, ha roto el silencio para compartir una historia de lucha, sacrificio y perseverancia que pocos conocían. Nacido en Caracas en 1943, Óscar creció en un hogar humilde donde las carencias económicas eran evidentes, pero el amor y el esfuerzo de sus padres, Justo León y Carmen Dionisia Simosa, le brindaron los valores necesarios para forjar su futuro.
A pesar de no contar con formación musical formal, Óscar encontró en la música su refugio. Comenzó su carrera de manera inusual, trabajando como taxista y soñando con el estrellato. Sin recursos para aprender a tocar el bajo, lo hizo de forma autodidacta, desarrollando un estilo único que lo llevó a presentarse en pequeñas bandas y eventos locales. En 1972, su vida dio un giro cuando se unió a Dimensión Latina, donde su talento brilló con fuerza.
Sin embargo, la fama trajo consigo nuevos desafíos. La relación con su banda se deterioró, y en un acto de valentía, decidió lanzarse como solista, formando su propia banda, La Salsa Mayor. A pesar de las dificultades, su energía y pasión lo llevaron a recorrer el mundo, llevando la salsa a nuevos horizontes. Pero el éxito no estuvo exento de sacrificios, y su salud comenzó a resentirse debido al agotador ritmo de vida.
A sus 80 años, Óscar enfrenta nuevos retos de salud, incluido un reciente contagio de COVID-19. A pesar de sus limitaciones físicas, su amor por la música sigue intacto, y su deseo de actuar hasta su último aliento es palpable. Sin embargo, su vida personal ha estado marcada por tensiones familiares, especialmente con algunos de sus hijos, lo que ha añadido un peso emocional a su ya compleja existencia.
Óscar de León es un símbolo de resiliencia, un artista que, a pesar de las adversidades, continúa brillando en el escenario. Su legado es innegable, y aunque enfrenta desafíos, su pasión por la música sigue siendo la fuerza que lo impulsa a seguir adelante. La pregunta que queda en el aire es: ¿logrará mantenerse en los escenarios y reconciliar su vida personal mientras sigue siendo el ícono que siempre fue?