Jaime Garza, un ícono de la televisión y el teatro mexicano, falleció el 14 de mayo de 2021, a los 67 años, tras sufrir un infarto. Su trayectoria artística, marcada por el éxito en telenovelas como “Simplemente María” y “La sonrisa del desierto”, se vio empañada por tragedias personales, adicciones y problemas de salud que afectaron su vida y carrera.
Nacido el 28 de enero de 1954 en Monterrey, Nuevo León, Garza creció en un entorno familiar artístico, hijo de un periodista y una poeta. A lo largo de su vida, mostró un talento innato que lo llevó a formarse en el Instituto Nacional de Bellas Artes y a debutar en televisión en 1976. Su versatilidad lo llevó a brillar tanto en la pantalla como en el teatro, participando en producciones aclamadas como “Evita” y “Rocky Horror Show”.
Sin embargo, el éxito no fue suficiente para mitigar sus luchas internas. Garza enfrentó la muerte de su novia, Viridiana, en un accidente automovilístico en 1982, un evento que lo marcó profundamente. Su batalla contra el alcoholismo y un trágico accidente de motocicleta en 2014, que resultó en la amputación de su pierna derecha, añadieron más sombras a su vida.
Recientemente, su sobrina, Mariana Garza, ha decidido romper el silencio y compartir detalles sobre las luchas ocultas de su tío, revelando un lado más humano y vulnerable del actor. A pesar de sus dificultades, Jaime mantuvo una actitud positiva y un deseo de vivir plenamente, buscando disfrutar de cada momento.
El legado de Garza perdura en las memorias de quienes lo conocieron y en el impacto que dejó en la industria del entretenimiento. Su historia es un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada instante. La conexión con su primera amor, Viridiana, y las relaciones significativas que tuvo a lo largo de su vida revelan la profundidad de sus emociones y su sensibilidad artística, que continuarán resonando en la memoria colectiva.