¡Urgente! Siete países del mundo están en la mira para cambiar sus nombres en un giro histórico que podría redefinir su identidad nacional. Desde Bangladesh hasta las Islas Salomón, las propuestas están surgiendo con fuerza, impulsadas por movimientos nacionalistas y un deseo de descolonización.
Bangladesh se encuentra en conversaciones para adoptar el nombre nativo “Bangla”, un cambio que busca fortalecer su identidad cultural y simplificar su reconocimiento internacional. Mientras tanto, en Turkmenistán, académicos y nacionalistas están presionando para que el país sea renombrado como “Oguzistán” o “República de Ogogut”, reflejando la rica herencia de la etnia Oguz.
Irlanda no se queda atrás; voces dentro del país abogan por que se reconozca su denominación original, “Éire”, en las plataformas internacionales. En Bolivia, movimientos indígenas están exigiendo un regreso a las raíces, sugiriendo nombres como “Kuyasuyu” o “Tauantinuyu”, evocando el pasado ancestral del territorio.
Papúa Nueva Guinea, un país que ha llevado un nombre colonial poco representativo, está considerando simplemente “Papúa” para reflejar su identidad auténtica. Bosnia y Herzegovina, atrapada en divisiones étnicas, podría renombrarse como “Federación de Bosnia”, buscando una solución que unifique a sus diversos grupos.
Finalmente, las Islas Salomón están en camino de deshacerse de su nombre colonial, proponiendo “Solomoni” como una opción más representativa de su cultura indígena. Este fenómeno de cambio de nombres no solo es un acto simbólico, sino una poderosa declaración sobre la identidad y el futuro de estas naciones. ¡El mundo observa!