**BRICS y México rechazan acuerdo con Estados Unidos**
En un giro sorprendente que sacude los cimientos de la diplomacia internacional, México, bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Shainbaum, ha decidido rechazar un acuerdo comercial con Estados Unidos, desatando una ola de tensión sin precedentes. Este drástico movimiento se produce en medio de exigencias inaceptables del expresidente Donald Trump, quien propuso un arancel adicional del 30% a productos mexicanos, sumándose al ya elevado 15%. La presidenta Shainbaum, enérgica y decidida, afirmó: “La soberanía económica de México no está en venta”, dejando claro que el país no cederá ante presiones unilaterales.
La respuesta internacional fue inmediata. El bloque BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, extendió su apoyo a México, abriendo la puerta a una posible colaboración más estrecha y redefiniendo el mapa geopolítico de América Latina. Esta alianza emergente se presenta como una respuesta contundente a la hegemonía estadounidense, que durante décadas dominó la región.
El conflicto se intensificó aún más con el anuncio de un nuevo arancel del 17.09% a las exportaciones de jitomate fresco, una medida que amenaza con desestabilizar el comercio bilateral y afectar gravemente a los consumidores estadounidenses. Los productores mexicanos han reaccionado con furia, recordando que no hay sustitutos viables para su suministro.
Mientras tanto, Colombia y Cuba también están buscando acercarse al BRICS, alineándose con un movimiento regional que busca diversificar sus alianzas. Este cambio de paradigma es visto por analistas internacionales como un golpe directo a la influencia estadounidense en América Latina, donde el tablero geopolítico está cambiando rápidamente.
La negativa de México a firmar un acuerdo desigual no es solo un acto de dignidad política; es el inicio de un proceso transformador en el que América Latina busca nuevas rutas y desafía el orden establecido. El surgimiento de un eje México-Colombia-Cuba alineado con el BRICS podría marcar un punto de inflexión histórico. La historia está cambiando ante nuestros ojos, y el tiempo de los bloques únicos parece haber llegado a su fin.