**Título: La controvertida elección de Sara Irene Herrerías como ministra de la Suprema Corte: ¿un riesgo para la justicia?**

En un giro alarmante para el sistema judicial mexicano, Sara Irene Herrerías ha sido elegida como ministra de la Suprema Corte de Justicia, a pesar de su oscuro historial en la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos. Salvador Leyva, académico y experto en derechos humanos, reveló en una reciente entrevista que Herrerías intentó negociar casos emblemáticos como el de Wallace-Vallarta, lo que plantea serias dudas sobre su compromiso con la justicia.

Desde su nombramiento, la figura de Herrerías ha estado marcada por la controversia. Organizaciones de derechos humanos y víctimas han criticado su gestión, señalando que su trabajo ha estado plagado de obstrucciones y falta de diligencia. Leyva afirma que su elección no solo es un retroceso, sino una amenaza directa a los derechos de las víctimas, ya que su historial sugiere que podría bloquear casos de violaciones a los derechos humanos que lleguen a la Corte.

El académico destacó que, durante su tiempo al frente de la Fiscalía, Herrerías fue conocida por su actitud vengativa, buscando negociar casos a cambio de silencio sobre otros. Esta dinámica de poder pone en tela de juicio su capacidad para actuar de manera imparcial en la Corte, donde se espera que se tomen decisiones críticas sobre la justicia en México.

La elección de Herrerías, respaldada por el poder ejecutivo y legislativo, ha suscitado una ola de indignación entre sectores de la sociedad civil que demandan transparencia y justicia. Con un 98% de impunidad en casos de derechos humanos en el país, su nombramiento podría perpetuar un ciclo de injusticia que ha afectado a miles.

La comunidad de derechos humanos observa con preocupación: ¿será Herrerías un obstáculo para la justicia en México o podrá redimirse en su nuevo cargo? La respuesta a esta pregunta es vital para el futuro de la justicia en el país.