La política mexicana entró en un terremoto de acusaciones, amenazas y revelaciones después de la sorpresiva captura en Paraguay de Hernán Bermúdez Requena, alias “El Abuelo”, exsecretario de Seguridad de Tabasco y señalado como el líder criminal detrás del cártel La Barredora, una sanguinaria escisión del CJNG que ha expandido su imperio en Tabasco, Chiapas y Campeche.
💣 La detención encendió inmediatamente la mecha: Ricardo Anaya y el PAN lanzaron una embestida política sin precedentes. Con el rostro endurecido, Anaya tronó:
“Detener a una persona no basta. México necesita verdad completa, responsabilidades claras y CERO ENCUBRIMIENTO.”
🔴 La bomba política estalló cuando salió a la luz que Bermúdez había sido mano derecha de Adán Augusto López durante su mandato en Tabasco. Filtraciones de inteligencia militar —que circulan desde 2022— lo vinculan con extorsión, secuestro y una red de protección a narcotraficantes. El propio García Harfuch confirmó que contra “El Abuelo” existía una orden de aprehensión desde febrero.
⚔️ Pero la respuesta no se hizo esperar. Adán Augusto contraatacó con furia, lanzando amenazas directas a Anaya:
“Que empiecen por responder si ya se determinó el no ejercicio penal en las averiguaciones donde está involucrado el propio Ricardo Anaya.”
Y fue más lejos: lo acusó de haber huido del país y de estar implicado en las sombras detrás de la misteriosa muerte de Juan Camilo Mouriño.
“En aquel tiempo, Anaya eligió proteger a los suyos antes que decirle la verdad al país.”
🔥 El duelo verbal entre Anaya y Adán Augusto se transformó en una guerra abierta, con acusaciones cruzadas que recuerdan al caso García Luna, pero con un giro aún más explosivo: ahora el acusado viene de las filas de Morena.
El PAN no se quedó callado. En un comunicado incendiario, señalaron:
“Este no es un caso aislado. Es un patrón en entidades gobernadas por Morena: tolerancia, protección y falta de consecuencias frente a redes criminales.”
Exigen no solo el juicio de Bermúdez, sino la investigación total de toda la red de cómplices dentro de administraciones estatales y federales.
🚔 La captura fue un operativo multinacional que involucró a 12 dependencias mexicanas y cooperación directa con autoridades paraguayas. Desde Palacio Nacional, Claudia Sheinbaum celebró la acción como un triunfo de la 4T y un ejemplo de “Cero Tolerancia a la Corrupción”. Pero la narrativa oficial ya se tambalea ante la avalancha de preguntas:
—¿Quiénes sabían?
—¿Quiénes protegieron a “El Abuelo”?
—¿Hasta dónde se extiende la red?
📉 El escándalo golpea directo al corazón político de Morena y amenaza con reventar como un volcán electoral en vísperas de los próximos comicios. Lo que comenzó como la captura de un presunto capo se ha convertido en una tormenta política nacional, donde todos buscan sobrevivir al huracán de nombres, secretos y traiciones.